Archivos Mensuales: octubre 2014

La justicia castrante y la policía entrenada por Heinrich Himmler

Hay sentencias judiciales que huelen a letrina, sopa de coles y garbanzos, a vejaciones, a crímenes por defenestración, a torturas e interrogatorios abyectos, en días y noches de terror en la penumbra de los sórdidos calabozos de La Brigada de Investigación Social, la que fue la policía secreta durante la dictadura franquista, esa que fue encomendada a un buen amigo de Franco, el líder nazi Heinrich Himmler, que envió a un adjunto suyo, Paul Winzer, para que instruyera a la nueva policía secreta española que cumpliría su labor represora con inquina y crueldad extrema, la encargada de perseguir y reprimir a todos los movimientos de la oposición al franquismo. Les suenan de algo las similitudes, 75 años de cárcel para los indignados, contrarios al régimen de Rajoy.

Se trata de callar voces críticas y conciencias, de sembrar miedo, de dar ejemplo y va dirigido a los futuros indignados, para que se lo piensen dos veces antes de abandonar el sofá, en pos de sueños callejeros de libertad y justicia social. Se trata de ahogar los gritos, de paralizar de pies y manos a quienes se atrevan nuevamente a denunciar las tropelías, la rapiña continuada y la castración de las libertades que promueve y ordena Rajoy. Se trata de tapar la boca con el miedo a 75 años de cárcel. Porque este Gobierno heredero del franquismo, quiere que la gente calle y confié en los representantes políticos que votaron, esos que les desprecian, humillan y los convierten en pobres de solemnidad, aún sabiendo que somos conscientes, de que sabemos lo que nos están haciendo. Nos han quitado el presente y el futuro, los hogares humildes y el trabajo, quieren vender la sanidad al mejor postor, destruir la enseñanza pública, para que sea solo una opción para ricos.

Estos 75 años de cárcel como castigo por hablar claro y gritarlo a los cuatro vientos, es una advertencia ejemplarizante que llega desde el poder judicial, que se está convirtiendo en las nuevos guardianes de la casposa moralidad de doble cara, que representa a la derecha católica fascistoide del PP, y esta condena excesiva y sangrante, va dirigida a todos aquellos incautos y soñadores, que aún creen que la indignación les llevará a la remisión de un delito que no tiene remisión, la de ser impenitentes ante la cutrez, el latrocinio y la avaricia que baja como río turbio, cargado de inmundicias y pestilencias a podredumbre, desde las altas esferas monárquicas y ultra católicas, que controlan el devenir de esta nuestra España, amordazada, y si fuera posible en paro cerebral.

Ana Mulet

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Revolucionarios

Viva la revolución

− Este artículo es sobre un placebo, el comunismo autoritario, equiparándolo a la    democracia burguesa capitalista.

−  Lea detenidamente las ironías y el uso del lenguaje subversivo.

−  Si tiene dudas, consulte a algún libertario. 

¿Cuándo tendrá la valentía alguien, con fuerza y determinación, con un buen grito, y le dirá a Fidel que el siguiente paso, según Marx, tras la Dictadura del Proletariado, es la abolición del Estado, la eliminación de toda clase social para que el pueblo se gobierne a sí mismo, sin líderes, sin Mesías, sin burocracias que disfruten de más privilegios que el pueblo?.

Después de 40 años ya es hora de que le devuelva el poder al pueblo. Sí, sí, entiendo, los antisistemas… digooo, los imperialistas están al acecho, en la otra orilla, listos para recuperar su no sé si cincuenta estado y reconvertir la isla en un lupanar. Esos perros, esos bandidos, esos güevones que quieren la joya del Caribe para hacer con ella lo que les venga en gana y despojar al pueblo de lo que ahora les pertenece… (lo que nada cambiaría, pues pasaría de propiedad castrista/estatal a propiedad privada/capitalista).

Pero… yo me pregunto, ¿y los cubanos?¿qué son, gilipollas? ¿no tienen brazos, cerebro, intelecto o formas de defenderse ellos mismos? Se supone que su Querido Comandante, perdón, su hermano, que heredó el poder (pero no estamos hablando de ningún tipo de monarquía feudal como la que los putos Borbones heredaron de Franco, no no no…), se supone que ha armado a un pueblo valiente, revolucionario, inteligente y capaz, que no dejaría que cualquier vendedor de tres al cuarto le endose una enciclopedia por más precio del debido… ¿no?.

Yo, personalmente, confiando en la versión oficial, entiendo que los cubanos, década tras década, año tras año, han ido votando de forma asamblearia su propio destino, y que ningún Estado gobernado por Diplodocus ha ido tejiendo su red de poder hasta hacer parecer eso una democracia socialista… Oigo gritos en mi ventana, dicen algo así como ‘Lo llaman democracia y no lo es’, o ‘No nos representan’, pero me niego a pensar que en Cuba no les representen. Esos ídolos, esos ¿jóvenes? luchadores, esos mulás de verde oliva, que han cogido prestada la capitanía de la isla para luego devolvérsela al pueblo…

Entiendo que Cuba es un tema tabú para muchos ‘izquierdistas’ de buenas intenciones (a los que saben lo que hay pero lo niegan por su cerrazón ideológica no me dirijo) y he de aclarar que jamás he estado allí (saliven). Entiendo que Cuba y su ‘revolución’ es utilizada por gente que solo quiere un cambio de poder en la isla para llenarse los bolsillos. O usada vilmente por la tipa rubia esa que pide clemencia para un asesino y cárcel para un bukanero engañado por la policía.

Este interés de la ‘derechona’ por gobernar la isla me resulta similar al interés de IU (o cualquier partido comunista del mundo) por gobernar su país. Sólo quieren un cambio de poder para llenarse ELLOS los bolsillos. El bienestar social, la igualdad, la autogobernancia del pueblo, les importa un carajo. ¿De verdad creen que un partido de izquierdas haría algo bueno en España? ¿Me podrían dar un ejemplo claro y conciso de un partido de ‘izquierdas’ que, en su cruzada contra el Capital y la burguesía, no haya acabado también con gente ‘de izquierdas’, con movimientos sociales ‘de izquierdas’, que no se haya vuelto igual de paranoico que Cifuentes y haya comenzado a lanzar leyes que impidan a la gente actuar libremente, reunirse libremente, sin ser tachados de disidentes/imperialistas o indignados/anarquistas?. Me basta con uno. Me sobra con uno que no haya agrandado el Estado para usarlo como cortijo del supuesto comunismo.

Entonces, pienso y me viene a la cabeza: a ver si realmente el juego izquierda/derecha es un poco como el experimento del perro de Paulov, y al final el pueblo acaba babeando por una bombilla roja que no trae carne ni espera traerla, sino que solo busca atraer su atención (su voto), tomar el poder y comportarse como ‘nuestro hijo de puta’.

A lo que me viene entonces un flús y pienso en lo embelesado que yo estaba hace unos años por la Revolución Cubana, por sus ideas, pero no por el barbudo, sino por lo que románticamente representaba y lo que supongo entienden los cubanos por la vida. Esa “batalla de la hermandad y la fraternidad, del humanismo, de la cultura, de la justicia contra la más brutal injusticia y de la verdad contra la mentira”, con la que sigo estando de acuerdo, pero en cuya ecuación no me cabe ningún autoritarismo, ningún Padre, ningún Estado, ningún General…

Y tiendo a pensar, entonces, que quizá la batalla sea entre quiénes quieren mandar y que les obedezcan y aquellas personas que simplemente quieren vivir y dejar vivir, desde el respeto y el gobierno de cada uno. Esto es, una batalla entre el autoritarismo y el libertarismo, entre inmaduros que buscan que las marcas, los partidos o los estados les marquen el camino, y la gente que buscar llevar su propio camino sin pisar a nadie, actuando directamente, con rebeldía, movimiento, respetando a los demás y no acatando la vieja estructura de las cosas ni sus leyes o hábitos sociales absurdos.

Olivier Boigandreau

Fuente: http://87grados.wordpress.com/2013/02/26/revolucionarios-por-olivier-boigandreau/

Un guiño a mis amigos/as

Este escrito se lo dedico a todos los/as colegas que siempre me preguntan qué opino sobre Podemos, y cuál sería mi alternativa. Aquellos/as que siempre me están haciendo rabiar (he de confesar que soy bastante fácil de hacer rabiar, y ellos/as lo saben) porque dicen que mis palabras no les convencen.

Empezaré de atrás hacia delante, es decir, de porqué mis palabras no os convencen. Pues muy bien, yo no os tengo que decir palabras bonitas, ni rimbombantes discursos, no necesito vuestro voto, no lo quiero, no me vale. No os puedo pintar una realidad que no existe, ni una fórmula mágica. Solamente os hablo de lo que veo, y seguramente me equivoque muchísimo, pero os doy mi opinión verdadera. Sería mucho más fácil, si yo os dijese palabras bonitas, como cancelación de la deuda ilegítima, todos somos iguales ante la ley, fuera la casta, no a los corruptos, y no nos representan. Pero yo, no os diré eso. Os voy a decir lo que pienso de la cruda realidad.

Para mí, vivimos en un mundo gobernado por el dinero, y por las élites que lo tienen. Es decir, los dueños de las grandes multinacionales y de los bancos. Esas personas, esquilman recursos naturales destrozando absolutamente todo lo que se encuentran en su camino. Para hacerlo, utilizan mano de obra esclava, igual que para manufacturar los productos que luego nos llegan a nosotros/as, personas del primer mundo. Necesitan para ello, gobiernos marionetas, que quieran llevarse parte del botín, para que siembren el caos con guerras interminables y no permitan a esos/as trabajadores/as llegar a pedir vidas dignas a cambio de su fuerza de trabajo. Por supuesto, para poder mantener su orden establecido, es decir, el de ganar ingentes cantidades de dinero, si tienen que utilizar la fuerza, la utilizan; si tienen que atontar a las masas, lo hacen; si tienen que vender ilusiones, las venden. Para ello ya cuentan con las fuerzas represivas de los Estados aliados cómplices, la educación, la televisión y los políticos carismáticos con discursos bonitos.

Luego, estamos nosotras/os, los/as individuos/as adormecidos/as y apoltronados/as en nuestra ínfima parte del mundo. Somos, o éramos hasta hace bien poquito, los/as consumidores. Teníamos que estar individualizados/as y atomizados/as, todas nuestras redes de solidaridad tenían que estar rotas, no fuésemos a preguntarnos qué les ocurría a las personas que producían los bienes que nosotros/as consumíamos. Teníamos que embelesarnos por la magia de las cosas fáciles. ¿Tienes una enfermedad? Una pastillita y se te quita. ¿Tienes frío? Un botoncito y se te quita. ¿Tienes hambre? Puedes conseguir alimentos en un supermercado donde todos los productos (plásticos con aromas) son de fácil adquisición, sin tener que saber quién los produce ni a qué coste.

¿Cuál es mi alternativa? Ya la he escrito y dicho muchas veces. Me gustaría poder deciros cosas más bonitas, pero no puedo y sobre todo no quiero. Mi posición en el Congreso de los Diputados, no depende de ello. Ante todo pienso que tenemos que ser conscientes de lo que nos toca vivir. Vivimos en una guerra que se llama capitalismo. En la cual, aquel que nace en la parte equivocada, muere de hambre o de enfermedad. A nosotros/as, sólo nos ha tocado un momento en la historia de retroceso. Es decir, ya no podemos consumir al mismo ritmo que antes, no podemos tener una casa, no podemos educarnos como antes, no podemos curarnos las enfermedades que antes nos curábamos, o no podemos trabajar y divertirnos como antes. Pero de momento no morimos de hambre. No sé cuánto tardaremos en llegar a ello. Creo que algunos ya han empezado.

La cuestión es qué podemos hacer para remediarlo. Primero ser conscientes de ello. Segundo, ORGANIZARNOS. No queda otra solución que tomar cartas en el asunto y no esperar a que nadie vaya a venir a darnos una pastillita mágica o un botón que solucione todo. En nuestro entorno de trabajo, si nos están explotando, tenemos que organizarnos con nuestros/as compañeros/as, analizar las causas, valorar fuerzas y poner soluciones. Si nos han dejado sin casa, organizarnos con personas que estén en la mismas situación que nosotros/as y okupar una. Si no podemos comer, buscar la forma de hacerlo, huertas comunales, expropiación de alimentos, intercambios o trueques, etc, etc. Si no podemos acceder a estudiar, intentar formarnos todos los días por nuestra cuenta. Conocer la realidad de otros pueblos diferentes al nuestro, conocer también que muchos de los productos que consumimos, son a base de sus muertes o saqueos. El primer paso será conocerlos, el segundo, solidarizarnos, y el tercero, intentar poner remedios para sustituirlos.  Evidentemente, éstas no son soluciones tan bonitas ni tan fáciles como las que os dicen otras personas. Tampoco son tan rápidas. Además, como hemos dicho antes, vivimos en una guerra y todas las soluciones que sean reales, conllevarán un enfrentamiento. Cada enfrentamiento supondrá una cárcel, una multa, o una muerte. ¿No es una alternativa halagüeña verdad? Pues sinceramente creo que no hay otra. Aún con todo lo difícil que es, o que puede parecer, recordad que nosotros/as somos muchos/as más en número y que si conseguimos organizarnos sinceramente, tendrán los días contados. Si no, más pronto que tarde, la miseria cubrirá la tierra.

Por último, ¿queréis votar a Podemos? Como forma de apretar el botón mágico para que se solucionen las cosas de una forma rápida está muy bien. Por favor votadles, pero recordad que con eso no basta. No os va a sacar de ninguno de vuestros pesares actuales. Repsol, va a seguir siendo Repsol, Telefónica y el Banco Santander, también van a seguir siendo los mismos. Los niños del Congo van a tener que seguir bajando a buscar coltán en las minas y los/as ancianos/as van a seguir siendo desahuciados/as de sus casas. Nosotros/as vamos a seguir en nuestros trabajos de mierda (los que lo tengamos) con la misma expectativa de mierda. Va a seguir habiendo esa misma insolidaridad, envidia, engaño. Los políticos van a seguir robando. La policía pegando. Y la miseria seguirá avanzando. Esto no lo digo yo, es una cuestión intrínseca al sistema en el que vivimos.

Pero antes de que penséis que está todo perdido, como decía uno/a de nosotros/as el otro día. Recordad lo qué sois capaces de hacer. Recordad a vuestros amigos/as y familiares, recordad lo que haríais por ellos/as. Recordad que, tanto en el presente como en el pasado, en vuestra vida y en la historia, que cuando el ser humano ha sido capaz de organizarse ha conseguido todo o casi todo lo que se proponía. Ninguna montaña es lo suficientemente alta que no se pueda escalar, ningún muro lo suficientemente duro, que no se pueda romper. Y si lo intentamos una y otra vez y no lo conseguimos, podremos decir que no se puede, pero hasta entonces, tendremos que pensar que es posible.

Un fuerte abrazo, nos veremos en la siguiente y seguiréis haciéndome rabiar.

Carlos Serrano Hermo

P.D: No quiero que entendáis mal mis palabras. Yo no tengo verdades absolutas, ni tampoco cumplo todo lo que digo. No soy ejemplo de nada y tengo más contradicciones que nadie. Consumo lo que no debería y también me gustan las respuestas fáciles. Pero una cosa es cierta, intento de verdad cambiar poco a poco todos los días y sobre todo, no me creo lo que me dicen e intento ponerlo a prueba.

La mujer invisible

Las mujeres al igual que los hombres, sólo han alcanzado las mejoras y los logros en los derechos sociales, laborales etc., mediante la lucha.

Ha sido el valor y la voluntad férrea de muchos hombres y mujeres, lo que nos permite hoy, gozar de derechos que en un pasado no muy lejano, eran impensables y que lo seguirían siendo, sin la lucha muchas veces violenta de aquellos/as que llegaron a perder incluso la vida por reclamar las mejoras y reivindicaciones básicas.

Las mujeres son las que por si mismas, han y siguen luchando, por conseguir los avances que llevan a alcanzar los objetivos que las sitúen en franca igualdad legal, y de facto con sus homónimos masculinos. No debemos pensar que este proceso se hubiera podido llevar a acabo sin la intervención directa de las mujeres.

Las mujeres como personas, tienen que tener los mismos derechos que los  hombres, ya sea en el derecho al trabajo, gozando de igualdad de oportunidades, sueldo etc., así mismo a participar activamente en la política, al sexo, estudiar, a expresarse libremente sin ataduras, a la igualdad del tiempo de ocio, sin que se produzca la doble jornada laboral que lleva a las mujeres a tener que llevar todo el peso del hogar sobre sus espaldas, conciliándolo con largas jornadas laborales fuera del hogar, el derecho a decidir sobre su cuerpo en cualquier situación, a la cultura y en todos los aspectos lúdicos, religiosos etc.

Cabe destacar que las posturas mas retrógradas y fundamentalistas vienen de las políticas de las derechas mas rancias. Que tienden desde siempre a cuestionar, negar u obviar, las cuestiones que afectan a los derechos de las mujeres. Y que convierten los cometidos de las mujeres dentro de la familia, en rígidos y tradicionales, donde sólo se aceptan los roles heterosexuales, fijando unos criterios estancados, basados en la separación de los roles masculinos y femeninos, incluido el plano sexual, sin tener en cuenta que toda persona tiene derecho a una vida íntima plena y de su libre elección.

Se suelen tomar las exigencias de las mujeres, como si fueran de segundo orden restándoles importancia, incluso ridiculizándolas, un ejemplo claro seria la dificultad que la mayoría de mujeres cargan, al intentar escalar puestos de mayor responsabilidad o ejecutivos, ya sea en las empresas públicas o en las privadas, llegando estas últimas a querer implementar en la actualidad, la congelación de los óvulos de sus empleadas, para que la maternidad se aplace y no pueda perturbar su productividad o que se aconseje no emplear a mujeres con hijos o en edad de engendrarlos, también a que sean despedidas de sus puestos, al quedar embarazadas, alegando para ello pueriles e irrisorias razones, carentes de toda lógica y valor legal. Históricamente la mujer ha permanecido siempre en segundo plano social y laboral, esto cuando se le ha permitido salir de casa.

La mujer actual que ha conseguido la casi igualdad legal, no la real y efectiva. la que se presupone erróneamente ya alcanzada, es la mujer que con la lucha diaria, en muchos y variados frentes, ha alcanzado los derechos que puedan ser equiparados con los de los hombres, y eso sólo lo han conseguido las mujeres que han salido a trabajar fuera de sus hogares. Al tiempo que han expresando sin miedos, su derecho a no tener que llevar en solitario, las tareas propias que el hogar conlleva implícitamente.

Actualmente en España los derechos de la mujeres están sufriendo ataques e incluso se está ridiculizando la condición femenina, al querer explotar al máximo su doble labor de trabajadora, madre y el de ser personas independientes que actúan en consecuencia.

Pero en estos momentos en los que la estrategia de ridiculización, se considera políticamente correcto en ciertos ambientes y donde ser mujer, puede llegar a convertirse nuevamente en un estigma social. No se oye hablar de las mujeres que continúan trabajando por el feminismo y la igualdad, su presencia pública, no interesa, carece de interés mediático. Relegando esta lucha a ser sólo para cierto tipo de mujeres, las independientes y seguras de su valor social y laboral a todos los niveles. Éste es un punto a revertir con urgencia ya que merece la pena compartir y hacer visible la titánica lucha de las mujeres, dentro y fuera de España, ya sea en los llamados primer y tercer mundo o en cualquier lugar donde las mujeres lo precisen. Teniendo siempre en cuenta las diferencias de clase social, el nivel cultural, el tipo concreto de política que controla el devenir social del lugar donde viven, la religión dominante y el poder que ésta ejerce sobre la sociedad, destacando que la religión en todas las comunidades, suele ser castrante para la mujer.

La educación ha de ser el medio que se imponga para la emancipación de las mujeres. Educación que es vetada sistemáticamente en los países más atrasados, como subterfugio para seguir ejerciendo la tutela del hombre sobre la mujer e impedir que éstas puedan alcanzar la igualdad y la independencia.

Ana Mulet

Carta a mi querido Iñaki Gabilondo

Te acabo de escuchar  una profunda reflexión en Facebook, y ciertamente tienes razón Iñaki, pero te tengo por un gran analista al que no se le pasan por alto detalles, aunque sean nimios. Te quejas amargamente de que el presidente de Gobierno nos haya mentido tanto, y su partido supuestamente haya robado tanto para financiarse, además de que el partido de la oposición se encuentre simplemente desaparecido; agazapado, esperando el suicidio del opositor, para ordenar a sus tropas el próximo asalto al poder, pensando solamente en los beneficios personales que para los capos de las “organizaciones de bandas para hacer política” conlleva: escaños de oro, comisiones, dietas… y todo lo que se pueda ir trincando por el camino de la legislatura. Si, sé que es duro soportar que se rían en la cara de uno, es difícil mantener el equilibrio ante esta horda de demócratas de toda la vida que presumen, desde el burladero de la judicatura, de estar amparados por las leyes; al amparo de unas leyes que ellos mismos tejen para protegerse en sus desmanes, por unas leyes que cada día divergen más de lo moral. Tal es su desfachatez que se ha inventado la figura del aforado. Pero, ¿quién crearía una figura por la cual pueden permanecer, durante un periodo de tiempo, al margen de la ley? Yo en mi ingenuidad infantil pienso que solo un delincuente la crearía. La inmensa mayoría: ciudadanos, pueblerinos y villanos de este país no la necesitamos pues somos personas honradas. ¡Ah! ¡La justicia! ¡Qué sarcasmo! ¿Para qué esta maquinaria tan compleja, si al final la última sentencia la tiene el político de turno con los indultos aplicados a sus correligionarios delincuentes? ¿Cómo no van a delinquir, querido Iñaqui, si su  jefe de filas tiene el derecho, como un derecho de pernada, a subyugar la ley como un macarra a su puta?

Pero… Al final he llegado a una conclusión verdaderamente desoladora. Ellos, los políticos, nos representan fielmente. Ellos no simbolizan sino el extracto puro del alma de los individuos que habitan  las naciones, y el hecho de que la mayoría seamos honrados podría ser solo por el hecho de que quizás no hayamos podido, todavía, ejercer de poderosos.

Ya hace años (en plena bonanza económica) cuando, entre los compañeros de trabajo; me quejaba de la falta de transparencia, de la corrupción, del déficit democrático de los ciudadanos, un representante de los trabajadores, “de izquierdas”, me espetó a la cara a modo de insulto: -Es que tú eres un “antisistema”. Tras tomar conciencia de que él podría tener razón, llegué a la conclusión de que todos los representantes de nuestra sociedad: la banca, la política, la empresa, los sindicatos, la iglesia, el ejército; y nosotros mismos, simples entes votantes mudos y sumisos, no hacemos sino lo que se puede en el marco que nos ha otorgado el sistema.

Porque, en mi opinión, querido Iñaki, es el propio sistema el que está herido de muerte; y como en un proceso gripal que ha invadido un cuerpo, los grandes poderes financieros  han alcanzado un nivel de libertinaje económico tal que los estados, ya desmantelados y gobernados por marionetas dóciles que acompañan a estos poderes como comparsa, se arrodillan ante los bancos como vasallos. Estas máquinas de hacer dinero traficando con dinero, campan por el mundo con el solo objetivo de producir y producir más y más  beneficios sin producir ningún bien asociado; producir a costa de lo que sea, aún a costa de dejar tras su paso un reguero de desolación y muerte. De esta manera, como en el proceso viral, el sistema también tiende a autodestruirse gracias a su “éxito”. ¿Por qué? ¡Así entre nosotros querido Iñaki! ¿Por cuánto tiempo puede crecer un sistema de forma exponencial? Yo, que no entiendo mucho de matemáticas, sé que el término infinito es un concepto creado para que cuadren los números, pero en realidad, como los reyes magos, no existe. Este sistema, el de crear dinero a base de prestar dinero me refiero, se asemeja mucho al juego de la cerilla, al final siempre alguien se quema los dedos, pero mientras los dedos que se quemen sean los encallecidos por el trabajo ¡Qué más da! Si en realidad no les duele.

Las multinacionales, empresas globales tan autónomas que no representan sino enormes monstruosidades que crecen y crecen sin cesar fagocitando cuanto se encuentran a su paso, acaban por diseñar el marco en el que se circunscribe todo lo que nos sucede.  Que yo recuerde, el dinero se inventó para facilitar el comercio, no para acumular tal cantidad de poder  como para aplastar países enteros haciendo que sus obedientes y sumisos políticos promulguen las leyes que los grupos económicos necesitan. Las grandes multinacionales, como el monstruo de Frankestein, dueñas de la soberanía del planeta, ahora ya no representan sino a entes que poseen vida propia al margen de los ideólogos que las dieron a la luz e incluso al margen de sus acólitos que conforman su cerebro insuflándole día a día una vida virtual al margen de los parámetros de la vida física. Y es tal la influencia de la toxica doctrina con la que nos han contaminado la leche materna, que entendemos bien la barbaridad económica de que el fin último de cualquier empresa, por pequeña que sea y se encuentre donde se encuentre, sea el de producir la mayor cantidad de plusvalía posible en vez de bienes para el mantenimiento de un tejido social sano y seguro.

Yo querido Iñaki, si fueses tú el que se presentase a Presidente de gobierno las próximas elecciones, no te votaría, ¡no! Seguiré con mi moratoria de voto. Y aunque  creo que eres la persona con la que no pasaría vergüenza ajena al representarme, a la que respetaría, a la que creería, y en la que depositaría, confiado las riendas de esta finca nuestra llamada España. Aunque te tengo fe, decía, no podría soportar verte corrompido. Y termino con una cita de Moncho Alpuente ¿recuerdas? Eran los sesenta: Si hay alguien al que le gusta el papel de celofán, puede seguir dejando las cosas como están.

La Gomera    Juanjo Marqués

Camino a la destrucción esperada

La vida del hombre en la sociedad actual es un cúmulo de insensateces  y de aceptaciones vergonzosas, el imperio del capital está controlando nuestras vidas, los mercados están por encima de las libertades personales y los derechos humanos.
Vemos con horror unos y con indiferencia otros, el trágico fin al que nos vemos irremisiblemente abocados, sino cambiamos y revertimos el sistema que nos controla. Vamos hacia nuestro suicidio como seres vivos, en simbiosis con un planeta cada vez más contaminado y esquilmado en sus riquezas naturales, muchas de ellas ya irrecuperables.
Creemos que la consecución de pingües beneficios, es la condición inherente del hombre, llegar a conseguir más y más lujosos bienes de consumo, ese es el único objetivo que nos mueve, desde que alcanzamos un cierto grado de autonomía. La competencia más cruel es aceptada como una medida necesaria a tomar, en la lucha por llegar antes al objetivo. La libertad, el amor y respeto hacia al bien común y la justa distribución de la riqueza y el trabajo han sido eliminados y sustituidos por un egoísmo mal sano.
La globalización está devorando todo el planeta, los pueblos que se muestran reticentes o que poseen en su territorio riquezas dignas de ser tomadas, son destruidos, sin compasión alguna por las vidas que siegan, mediante guerras orquestadas y financiadas desde el centro del imperialismo, auténticos centros del poder capitalista, siempre situados muy lejos de las zonas a arrasar. Cuando no son las guerras fratricidas o contra  enemigos creados exprofeso, son extrañas y mortales enfermedades de ambiguos orígenes o hambrunas despiadadas, que siendo evitables, el imperio con corazón de piedra y malignidad implícita prefiere no ver, ni corregir.
Todo sigue un plan organizado y meticuloso, donde nada se deja al azar, las multinacionales y las oligarquías o élites que gobiernan de facto, están dibujando un nuevo tapiz monocromo, un mundo ocupado por nuevos siervos y esclavos bajo sus órdenes. La palabra libertad llegará un día que será una palabra eliminada de los diccionarios, por subversiva y obscena.
Las leyes también se van modificando poco a poco, adecuándose a las necesidades de las multinacionales, igualdad, fraternidad y legalidad, ya no son aceptadas como cualidades básicas y descriptivas de un Estado de bien, para y por el pueblo es ya un anacronismo de idealistas ingenuos.
El proceso de apoderamiento se va acelerando en los últimos años, seguir ocultando sus fines espurios y su sordidez ya no es una opción factible, su despiadado avance sobre el planeta es ya demasiado evidente.

Ahora cualquier protesta callejera es saboteada desde su inicio, mediante el uso de infiltrados pertenecientes a los servicios de seguridad del estado, con el fin de reventar los objetivos del movimiento ciudadano, después la protesta es reprimida con saña asesina por los perros al servicio del poder, castigando con posterioridad a sus componentes activos o pasivos, con crueldad innecesaria y ejemplarizante, como podemos observar actualmente, sin irnos muy lejos.
Mienten cuando dicen sus “verdades” envenenadas, mienten cuando dicen que es por nuestro bien en cara a un futuro cercano y que “su esfuerzo” y el nuestro, serán pasajeros , que el fin de la crisis global está llegando a su fin… cuando saben que este es sólo el principio del fin.

Está en nuestras manos ahora, el poder y la necesidad de cambiar el futuro, hay que ponerse a trabajar en ello y luchar por todo lo que nos están robando: derechos, trabajo digno, libertad, compasión, la educación para todos, la sanidad universal y la supervivencia de las selvas naturales (o lo que quede de ellas), los bosques, los océanos, y toda la diversidad que el planeta Tierra nos ofrece, esos hermosos lugares repletos de vida salvaje y aire aun sin contaminar, la lucha nos llevará a recuperar la dignidad y el amor por nosotros mismos y por todo lo que nos rodea.

Ana Mulet

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¿Es posible romper con el capitalismo desde la ciudad?

Miguel Amorós

martes, octubre 14, 2014

En el contexto de crisis ecológica, económica, política y social, los ataques contra el territorio se acentúan ¿Cómo impedir la destrucción del territorio desde la ciudad?

Ciudad no es el nombre correcto para llamar a las aglomeraciones urbanas actuales, esclavas de los vehículos, sin límites, sin unidad y sin proyecto común. Es más propio el término de conurbación. Las movilizaciones en defensa del territorio pueden originarse en ella, pues la conurbación no deja de ser parte del territorio, aunque sea parte destruida. La defensa del territorio es también una defensa de la ciudad en el verdadero sentido de la palabra, al menos tanto como la defensa de la ciudad es en buena parte desurbanización. Por otro lado, la mercantilización completa del territorio, arruina lo que podía quedar de libre y gratuito en el modo de vida rural, que queda totalmente convertido en un modo de vida suburbano. Desde el lado creativo, se puede combatir perfectamente la destrucción territorial desde las barriadas urbanas estableciendo puentes con el campo, bien para instalarse allí, bien para llevarlo a la conurbación. No es necesario extenderse sobre los grupos de consumo y los huertos urbanos. Desde el lado de la resistencia, dado que el campo se halla casi despoblado, los contingentes necesarios para oponerse a los ataques han de venir forzosamente de las conurbaciones. Resumiendo: tanto en el campo como en la conurbación hay que impulsar modos de vida no capitalistas, es decir, todo lo que se pueda al margen de la economía y del Estado, al tiempo que se organiza la resistencia contra las constantes agresiones territoriales.

¿Es compatible esta oposición con el modo de vida urbano actual?

Es evidente que existe una enorme oposición entre el espacio tal como lo conforma la mercancía, y tal como sería si albergara una humanidad liberada. Lo mismo sucede con el tiempo. La forma de vivir que impone el capitalismo, pagando y cobrando por todo, es absolutamente incompatible un modo de vida biológica y culturalmente equilibrado, solidario y libre.

¿Cómo sería la defensa del territorio desde la ciudad? La defensa de los barrios, ¿sería un buen punto de partida para defender la tierra?

La decisión de combatir, tanto dentro como fuera de la conurbación, resulta de la toma de conciencia del conflicto real que han provocado las contradicciones del sistema de dominación, las cuales son bien visibles en la destrucción del territorio y en la exclusión social. La contradicción principal, que le viene de fuera, es la que existe entre unas necesidades ilimitadas debidas al crecimiento y unos recursos muy limitados que la tecnología no puede prolongar. En contrapartida, la mayor contradicción interna reside en la misma producción capitalista, cuando el precio del trabajo, siempre a la baja, y el estallido de las burbujas crediticias, no permiten alcanzar la cota de consumo necesaria para obtener suficientes beneficios. O dicho de otro modo, cuando la extracción de plusvalía no basta para asegurar la reproducción ampliada de capitales. La lucha social desde las barriadas está adoptando un doble aspecto; por una parte, la creación de circuitos de abastecimiento, transporte y formación al margen de la economía y del Estado; por la otra, la puesta en marcha de medios de autoorganización y autodefensa como las asambleas de barrio, las comisiones y los piquetes. Son indicadores de la descolonización de la vida cotidiana y la desestatización de la vida pública.

Qué hacer con el concepto de clase en el marco de la defensa del territorio. ¿Existe la clase obrera? ¿Hay lucha de clases?

El capitalismo, al apoderarse de toda la sociedad y extenderse por ella a todos los niveles, genera constantes antagonismos y estos son fuente de conflictos. La sociedad capitalista se halla dividida. Cuando un fragmento o parte es consciente de sí misma, de su fuerza y de sus posibilidades, forma una clase. Las clases no son factores sociales estables; evolucionan y se transforman de acuerdo con el resultado cambiante de las alianzas y los enfrentamientos entre sí. Son productos históricos. Desde que un poder separado llega a constituirse, hay una clase dominante y una población dominada. Que esta llegue a formar una clase para si depende de la conciencia que pueda nacer de su resistencia a la dominación y de sus intentos por liberarse de ella. En las actuales condiciones de producción y consumo, los trabajadores no forman una clase. No quieren salirse del sistema; solamente aspiran a prosperar dentro de él. No son capaces de la menor autonomía; siempre actúan a través de mediadores. Eso es así porque el conflicto laboral no trasciende al capitalismo, no plantea su superación, sino que se mantiene siempre en su terreno: el trabajo nunca ha sido sino la otra cara del capital. La lucha por los salarios o el empleo ignora expresamente la naturaleza del trabajo y sus consecuencias. Ejemplos recientes: los mineros nunca se han planteado el impacto en el medio ambiente de las actividades extractivas; los obreros que fabrican automóviles o refrescos, o los que construyen autopistas o centrales nucleares, no se cuestionan jamás la finalidad de lo que están haciendo. No se preguntan por la utilidad social del trabajo, y mucho menos persiguen su abolición como mercancía: sencillamente desean su conservación y una mejor remuneración. Lo que realmente quieren es mantener el acceso a las mercancías, no desertar de su mundo; llevar un modo de vida consumista que han interiorizado, no desprenderse de él. La mercancía es la vida cuando la vida no es más que mercancía. Cuando cualquier otra cosa no cuenta, el acceso seguro al mercado lo es todo. Esas luchas pues, no disuelven las condiciones presentes, porque nada tienen que ver con la lucha de clases. Cuando el imperio de la mercancía es total, la clase antagónica, verdaderamente anticapitalista, no puede forjarse desde dentro, desde el trabajo, sino desde fuera, desde el vivir. En el combate por el ágora, por la justicia social; en la agroecología, en la defensa del territorio. Allí es donde mejor puede desprenderse el trabajador de la alienación que le coloca fuera de sí. Por encima de cualquier estatuto del trabajo está la constitución de la libertad.

Si hay un éxodo urbano hacia el campo, ¿cómo sería esa transición poblacional, si fuera insostenible vivir en la ciudad? ¿Cómo afectaría al campo, a lo rural?

La imposibilidad de supervivencia en las conurbaciones empujaría la población al campo sin duda, pero los efectos sobre el territorio dependerían de cómo se realizara el proceso. Si fuera de manera consciente, la ruralización no sería traumática ni desastrosa. Daría lugar a comunidades vecinales. Si se lleva a cabo inconscientemente, por el mordisco del hambre, la ruralización será desordenada y depredadora, ocasionando caos y violencia, pues dominarían las bandas de desesperados y las mafias. Dará lugar a miniestados militaristas. Que la humanidad del fin de la civilización transcurra por vías populistas y fascistas, o al contrario, escoja los caminos de la emancipación, no dependerá más que del desenlace de un proceso de luchas sociales más intenso que todos los del pasado.

¿Cómo serían las alianzas entre las luchas en teoría cada vez más numerosas en defensa del territorio y otras luchas más tradicionales?

Las luchas de tipo laboral, contra los recortes en sanidad, contra los desahucios o contra el encarecimiento del transporte público o de la electricidad, son legítimas y necesarias, pues para quien ha quedado atrapado en la sociedad de mercado la supervivencia es lo primero. Pero sólo la defensa del territorio puede darles perspectivas anticapitalistas y catalizar la formación de comunidades. La conexión de unas luchas con otras no es fácil, porque la integración que domina en unas y la segregación que debería hacerlo en otras, son fenómenos opuestos. Además, casi siempre la defensa del territorio discurre por cauces ciudadanistas, que aíslan los problemas y tratan de compatibilizarlos con el progreso capitalista. Es algo muy evidente en los conflictos “nimby” (no por mi casa, pero sí en otra parte) y en las formas de rentabilizar la exclusión conocidas como “economía social”. Así pues, en las actuales circunstancias, cuando la radicalización no parece deseable a la mayoría, de producirse una conexión lo más probable sería que se impusieran mecanismos integradores.

¿Cómo será el equilibrio, inestable en apariencia, entre la crisis ecológica y la crisis del valor en el capitalismo?

No hay equilibrio, hay interacción. Quienes tras la debacle financiera apuntan a la crisis del “valor”, proclaman la pérdida de función del dinero, su expresión material, lo que no es cierto. El “corralito” argentino no se ha vuelto a repetir. La confianza en el dinero no se ha evaporado y por consiguiente éste conserva su valor de cambio; traduce ese valor. El desarrollo capitalista, aunque zigzagueando, sigue adelante, por lo que el descenso de la tasa de ganancia, la caída del “valor”, aún puede compensarse, principalmente con la destrucción del territorio: eólicas, fracking, cultivos transgénicos, incineradoras, infraestructuras… Por lo demás, la crisis reviste variados aspectos: económico, cultural, político, ecológico, energético, demográfico, alimentario, sanitario, urbano… Es una crisis global, signo de la quiebra de los sistemas metropolitanos y, en general, de la fragilidad del capitalismo contemporáneo. Cuando el barco se hunde –cuando el desarrollo se vuelve problemático– buscar la causa primera o la relación entre todas no es lo importante, pues lo que urge es ponerse a salvo y organizar tanto la supervivencia en colectividad como el desmantelamiento de la megamáquina.

Cuestionario para la charla del 26 de abril de 2014 en la librería Eleutheria, de Madrid.

Publicado en http://argelaga.wordpress.com/2014/05/14/es-posible-romper-con-el-capitalismo-desde-la-ciudad/

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El PP nunca se equivoca

El PP nunca se equivoca, cualquier fracaso que incumba al Gobierno, es siempre achacable a los antisistema, esos energúmenos que alteran el orden público y sublevan a las masas, esos capaces de generar conciencia y que: “están financiados por el chavismo venezolano” o “son fruto de las tórridas mentes de los pro etarras de turno”, esos son los verdaderos culpables para el PP, los traidores a su régimen, los que obstaculizan o impiden el éxito en sus programas capitalistas.

La máxima del PP es que el bien habido Rajoy y cualquier miembro de su partido, siempre hacen lo correcto y nunca aceptaran lo contrario.

Da igual que se equivoquen, no quiero pensar que sea intencionado (o si quiero y debo) y que generen el aumento de la pobreza y la oscuridad para millones de personas, mientras ellos siguen impertérritos viendo una luz espectral al final de un inacabable túnel. Todo a causa de la falsa crisis que ellos se encargan de promover, endureciendo las condiciones de vida para los millones de desempleados que cargan sobre sus perversas conciencias. Creando más y  más recortes en las partidas para el desempleo, para que cada vez sean menos los beneficiados, de esos paupérrimos subsidios o ayudas, recortes que parecen estar expresamente ideados más que para ayudar a sortear o paliar el hambre y la exclusión social, y que en realidad solo sirven para agravarla y van convirtiendo a paso ligero a millones de personas, en pobres de solemnidad, abocados a recurrir a la caridad de las asociaciones benéficas de la iglesia, para poder subsistir diariamente, ya sea acudiendo a comedores sociales o recogiendo comida de las parroquias o de alguna ONG.

Situación ésta que me recuerda lamentablemente a los comedores sociales de la Argentina de Juan Domingo Perón  o a la España franquista de post-guerra, donde ser pobre consistía básicamente en vivir muy malamente, hecho un ovillo en la calle, cubierto de harapos y a merced de la beneficencia y misericordia del clero, para más bombo y gloria de Dios.

¿Donde se han quedado  los derechos humanos y sociales?, ¿donde está la tan cacareada y falsa salida de la crisis? Esa que se auguró para este 2014, y que no se ve asomar por parte alguna, esa que provoca una indignación muda e inerte desde el calor del salón futbolero y la mesa de camilla, esa que no dará fruto alguno, pese a ser un padecimiento per se creado ex-profeso para la clase obrera.

Donde está la ira de toda esa gente que a pesar de todo el padecimiento y escarnio al que nos vemos sometidos, no es aún capaz de salir a la calle en masa a levantar barricadas gritando todos exigiendo el derecho a un trabajo y un salario dignos, a una vida lo más justa, feliz y sana posible, libre de gobernantes indignos y corruptos, estos que se pasan nuestro dolor por el arco de triunfo, que nos roban a diario, saquean las arcas públicas del estado y nos gritan que nos jodamos.

Es este un panorama desconsolador, porque aunque no se diga abiertamente en los medios, vivimos ya en un nuevo régimen neoliberal fascistoide, orquestado por el PP y PSOE, en claro contubernio, que se va consolidando junto al capitalismo más feroz. Ese que con avaricia voraz se come los flacos ahorros de los trabajadores, imponiendo a golpe de decreto medidas políticas inflacionarias. Todo ello agravado por un poder judicial cómplice y viciado desde sus más hondas raíces, para el que es más punible, un manifestante o sindicalista, denunciando las injusticias a las que nos vemos sometidos en las calles que un alto cargo culpable de las muertes de 5 jóvenes o del saqueo de las cuentas bancarias de cientos de miles de jubilados. Todo ello por el afán desmesurado de enriquecimiento insaciable que mueve a la actual casta política y judicial.

Ana Mulet

Organizarse o agonizar, ¿qué eliges?

Últimamente encontramos a nuestro alrededor a mucha gente cabreada, muchas personas con indignación, hartazgo y depresión. Se quejan, sienten ganas de cambiar las cosas. Ven con repulsión todo lo que está ocurriendo a nivel político en el Estado español. Pero, ¿qué ocurre después?

Esperamos que este escrito no sea mal entendido. No queremos decirle a nadie lo que tiene que hacer, no queremos sentar cátedra de nada. Vamos a decir simplemente lo que pensamos de lo que vemos, y cómo entendemos nosotros la realidad. Cada cual, elegirá su camino, nosotras/os queremos compartir el nuestro.

No entendemos otra forma de solucionar lo que ocurre más que organizándonos. Desde que uno/a se levanta hasta que se acuesta y a pesar de todas las veces que los proyectos puedan sucumbir, es un deber intentar cooperar y entenderse con otros/as individuos/as. Debemos generar un contrapoder, organizado y activo que pueda plantar cara al Estado y al poder económico. Un contrapoder para destruir el poder, para aniquilarlo, para crear en libertad y solidaridad.

Nosotros/as tenemos propuestas de lo que entendemos se puede hacer y en este escrito vamos a exponerlas. Por supuesto, en cada lugar y en cada circunstancia, habrá que afrontar las dificultades de una u otra manera. Este modelo, como decimos, no puede ser fijo, pues todas/os las/os individuas/os son diferentes y cada cual debe saber cuál es su camino. Pero como decimos, es por donde nosotras/os queremos empezar a hilar.

Nos vemos en la necesidad de crear una organización que vaya hacia fuera, hacia los entornos de la gente menos politizada. Que salga del ámbito libertario y de la izquierda radical. Por supuesto, siempre con ciertos principios bien definidos: horizontalidad, anticapitalismo, antipatriarcado y fuera de las instituciones del Estado. Por lo tanto, creemos que es el momento de dejar la praxis de grupos de afinidad para cosas muy concretas y organizarnos en federaciones y redes grandes. Pretendemos hacer una revolución social, y para ello tenemos que contar con el mayor número de personas.

Esta federación deberá tener en la acción su más grande forma de difusión. Es decir, claramente son muy importantes las publicaciones, escritos, panfletos, libros o manifiestos. Pero también debemos de entender que a la gente no sólo se le llega de esa manera, sino que la gente cree en lo que ve. Y es ahí, en lo que debemos esforzarnos, en mostrar el cambio y no sólo en escribirlo. Esta federación deberá tener varios frentes de trabajo para abordar cuestiones diferentes. Entendemos que en lugares en los que existen un reducido número de militantes será imposible llevarlo a cabo, pero quizá se puedan utilizar algunos de los grupos o frentes descritos y mientras tanto, realizar el trabajo principal, es decir, buscar más militantes.

Frentes o grupos:

  • Grupo de acción. En el que se estudiarán los objetivos, así como las movilizaciones o actos a realizar para conseguirlos. En este punto no nos olvidamos de que nos estamos enfrentando a un Estado opresor y por lo tanto, los primeros objetivos que debemos conseguir, son: hacer una caja de resistencia para posibles multas y conseguir un/a abogado/a que pertenezca o sea afín a la federación.
  • Grupo de okupación. Entendemos que la vivienda o mejor dicho, la falta de ella, es uno de los principales problemas sociales del Estado español. Pero además es una coyuntura en la cual nos podemos acercar a personas lejanas a posicionamientos libertarios, con las que podremos compartir experiencias y quizá entendernos. No queremos esperar a que ninguna institución reconozca el derecho de los miles de desahuciados a tener una vivienda. Por lo cual creemos imprescindible un grupo operativo que se encargue de estudiar viviendas vacías, entregadas a entidades bancarias, edificios públicos abandonados, etc, etc, y se encarguen de okuparlos o de ayudar a las personas desahuciadas o sin hogar, a hacerlo. Una especie de oficina de okupación. Por supuesto, esto no es asistencialismo, las personas implicadas deberán responder en consecuencia. El trabajo de la federación será, apoyar en el inicio de la okupación y por si algún día hiciera falta, ayuda por posibles represalias.
  • Grupo antipatriarcado. Consideramos especialmente importante este grupo, ya sea formado sólo por mujeres, por mujeres y hombres, o cómo en cada lugar se considere tratar este tema. Pero es imprescindible que haya un grupo que estudie casos de micromachismos, realice dinámicas o comparta textos. Debemos de admitir que todavía dentro de muchos/as de nosotros/as hay comportamientos patriarcales y debemos de aprender a erradicarlos.
  • Grupo de consumo. En muchos lugares ya se está potenciando una cultura de consumo local y ecológico. Sin ser este un paradigma estrictamente anticapitalista, nos parece también bastante sensato el que los miembros de la federación vayan poco a poco apostando por un nivel de consumo lo más racional posible. Siempre claro, desde el respeto y el conocimiento.
  • Grupo antirrepresivo. La solidaridad con las personas que están presas tanto por su condición social, como por luchar contra este sistema opresor deben de ser apoyadas. Sean del ámbito libertario o no. Por lo tanto, un grupo que se encargue de conocer los casos de represión, de estudiar la represión institucionalizada como acción política del Estado, e incluso ponerse en contacto con grupos de presos/as organizados/as, será un punto fundamental para la federación. Creemos en la fuerza de la solidaridad como motor revolucionario.
  • Grupo de estudio y difusión. Observad que es el último, pero no por ello menos importante. Creemos fervientemente que sin una formación y una información adecuadas, los miembros de la federación no podrán enfrentarse a las dificultades que se encuentren por delante. Un revolucionario debe formarse cada día para no ser débil o eso al menos es lo que entendemos desde Corriente Negra. Este grupo quizá pueda organizar una escuela popular en la que compartir conocimientos, quizá pueda escribir una publicación u organizar ciclos de cine. Pero es trascendental trabajar sobre la cultura tanto de las personas de la federación, como del entorno de vecinos/as, simpatizantes, o allegados /as.

Para terminar queremos decir varias cosas. Sabemos que una federación de estas características es bastante difícil, pero debe intentarse . En ciudades grandes hay muchos colectivos libertarios o anarquistas, y quizá deberían dejar las rencillas a un lado y ponerse a trabajar todas/os juntas/os, para empezar a dar más miedo a los/as que nos gobiernan, para empezar a crear con fuerza y para poder destruir con contundencia. También queremos volver a repetir, que tampoco este tipo de organización debe ser un dogma, en cada circunstancia y lugar se realizará como los participantes de la iniciativa crean que debe de hacerse. Pero si es importante, o al menos eso creemos desde Corriente Negra, que es el momento de salir hacia afuera, hacia la sociedad. No decimos que no se esté haciendo por parte de muchos grupos, decimos que se tiene que hacer más, pues sino, vendrá un mesías de nuestro tiempo y querrá vender su discurso. Por último, queremos reflexionar sobre el punto del compromiso. Necesitamos que la gente se empeñe de verdad en tomar las riendas de su vida. Las personas tenemos el derecho a ser libres y tenemos la obligación de intentarlo con todas nuestras fuerzas. Esto no es un juego, no podemos mirar hacia atrás y no podemos tambalearnos. Debemos golpear cada vez con más virulencia hasta matar a la bestia. Desde Corriente Negra vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas, os animamos con un saludo fraternal a que lo intentéis también.

¡¡¡Salud y libertad!!!¡¡¡No pararán a las personas que estén dispuestas a saltar!!!

Fdo: Corriente Negra

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El parto

Surgimos  de la necesidad de crear sin límites, sin estructuras fijas. Nacemos con el objetivo de transformarnos a nosotros/as mismos/as sepultando lo que nos doblega. No tengáis miedo por la virulencia de algunas de nuestras palabras, pues nos hemos amamantado en una sociedad vil, mezquina y cobarde. A veces tendremos que ser rotundos en nuestros planteamientos. Golpear duro y sin bacilar pues el futuro que se nos presenta no es halagüeño, como tampoco lo es el presente. Pero no es sino el amor lo que nos lleva a esta empresa. No un amor egoísta o romántico, como el que hemos aprendido, sino ese amor que es solidaridad y empatía.

Surgimos pues para aprender de quien nos lea, de compartir la experiencia de ésta funesta contienda. Nos debatimos en este vaivén duro y fatigoso que es el día a día de la desigualdad, la explotación y el desastre, pero del que hemos bebido y del que se alimenta nuestra resistencia. Navegamos en un mar de lágrimas, lentos/as y abatidos/as, pero sin hundir nuestra existencia. Sin relegarnos a un papel de marionetas, súbditos/as o recursos, que no hemos elegido. No aceptamos la violencia contra nuestras hermanas, las oprimidas de todas las tierras, de todos los tiempos.

Estamos cansados/as de llorar, de quedarnos afónicos/as de los lamentos y hemos decidido actuar. Ya no creemos en que nadie vaya a venir a salvarnos y no nos importa, pues no somos frágiles ni estúpidos/as, no somos impotentes ni crédulos/as, somos valientes, somos poderosos/as sin poder, somos la herramienta, el arte, la capacidad. Somos el presente y el futuro, y cada día que pasa nos despertamos con más contundencia.

Nuestra determinación es organizar desde abajo la conciencia revolucionaria. Creemos en que hay otros métodos diferentes que el participar de las instituciones del enemigo y vamos a demostrarlo, con palabras y con hechos. La horizontalidad es la norma, la solidaridad la bandera, la precariedad que vivimos nuestra motivación más directa. Sabemos el colapso que va crear la desafección política cuando la población vuelva a ser engañada. Allí, es allí donde nos encontraremos todos/as y nos miraremos, sabiendo que ya sólo queda un camino, y cruzaremos el umbral y derribaremos la puerta. Y entraremos a recuperar lo que es nuestro, nuestra dignidad, nuestra integridad, nuestra esencia.

¡¡Salud y bienvenidas/os al proyecto!!

Corriente Negra